miércoles, 13 de octubre de 2010

MEMORIA NEGRA DE HOSPITALET - EL CRIMEN DE LA CALLE HOLANDA

A finales de Agosto de 1967 en Hospitalet, en el ático del número 35 bis de la calle Holanda, se cometió un crimen, el crimen de Montserrat Grau.
Para poder conocer los hechos que provocaron el trágico suceso deberemos retroceder en el tiempo y situarnos unas semanas atrás. Al día en que José Martínez Gallardo, gracias a la recomendación de su tía, entró a trabajar de peón en el taller que regentaba Luis Cenescal León. La recomendación surtió efecto por dos motivos: el primero, por que el trabajo había aumentado y era necesaria mano de obra y segundo motivo, y quizás el principal, por que Luis Cenescal mantenía relaciones con la tía de José Martínez, relaciones que se producían a espaldas de su esposa, la futura víctima, Montserrat Grau Sevilla.
José Martínez desde el primer día que pisó el taller demostró su predisposición al trabajo y demostró que era persona en que se podía confiar. Tal fue el grado de familiaridad entre los dos jóvenes, patrón y obrero, que surgió una simpatía que se demostraba incluso fuera del taller pues no era extraño verlos compartir unas cervezas en un bar próximo después de terminada la jornada laboral.
Cierto día Montserrat Grau, enterada de las infidelidades de su marido, visitó a la citada tía y le recriminó su actitud. Por la noche, a solas con su marido, puso dos condiciones para salvar el matrimonio: la de no mantener relaciones con aquella mujer y la de que José Martínez abandonase el taller.
A la mañana siguiente Luis Cenescal explicó a su empleado la situación que estaba viviendo y le rogó que buscase otro trabajo ya que no quería comprometer su matrimonio. Esa sugerencia de abandonar el taller no pareció influir en la relación entre los dos y fueron a tomarse unas cervezas como si aquella noticia no tuviera transcendencia.
El viernes 25 de Agosto José Martínez Gallardo, con el pretexto de tener que realizar un trabajo urgente, salió del taller en dirección a la calle Holanda, al inmueble en que vivía el matrimonio Cenescal. En el bolsillo del pantalón escondía una lima.
Una vez allí se enfrentó a Montserrat Grau y le afeó la conducta considerándose víctima inocente de los encuentros de Luis y de su tía. Poco a poco las palabras fueron subiendo de tono y terminó en una fuerte discusión. En un arrebato José Martínez agredió a la mujer con la lima, causándole unas heridas que provocaron instantáneamente su muerte. Cuando ocurrió el crimen Montserrat Grau llevaba en brazos a su hija de dos años que también recibió algunas lesiones. El otro hijo, de cuatro años, al presenciar la escena, se escondió y eso le salvó de una posible muerte.
Después del asesinato José Martínez tropezó en la escalera con un vecino del inmueble que al verle la camisa cubierta de sangre intentó detenerlo suponiendo que algo grave había pasado en el ático ya que había oído los gritos desgarradores de la mujer. Después de un corto forcejeo el criminal consiguió zafarse y huir.
Tras el suceso los inspectores de la Brigada de Investigación criminal de la Jefatura Superior de Policia comenzaron las investigaciones y horas después José Martínez era capturado en una barraca de Montjuich donde se había refugiado. En un rincón hallaron la camisa cubierta de sangre. Desde el primer momento se confesó autor del hecho y fue puesto a disposición del juez de Hospitalet que dictó acto de procesamiento y prisión.
Cada vez que paso por la calle Holanda pienso en esta historia y no dejo de preguntarme, sin hallar la respuesta, quien fue el auténtico responsable de este drama.

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